Tatiana Tîbuleac: “El jardín de vidrio”
por Julia Sáez-Angulo
Editorial Impedimenta, 2021. 360págs.)
Tatiana Tîbuleac ha sido una autora descubrimiento, que mereció diversos premios europeos por su novela “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”. Ahora nos ofrece su nueva novela “El jardín de vidrio”, traducido por Marian Ochoa de Eribe y publicado por la editorial Impedimenta. Tatiana Tîbuleac es una autora rumana que nació en Chisnau (Moldavia) en 1978, hija de periodista y correctora de estilo, estudió Periodismo y Comunicación. Sus columnas “Historias verdaderas” en el periodismo llamaron la atención por su calidad de observación y narrativa. Poco después, en 2007, dejó esta actividad para entregarse de lleno a la novela y se fue a París. Su libro “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes” (2016), sobre la memoria, el sufrimiento, los sueños y los enigmas de las promesas de un futuro mejor, le acarrearon buena crítica y celebridad literaria en su ámbito.
“El jardín de vidrio” ha merecido el Premio de Literatura de la Unión Europea 2020 y es toda una búsqueda caleidoscópica del lenguaje. Un placer para los amantes del buen hacer literario, de la novedad con que se recicla la excelencia de las letras. Y confirma a una autora audaz y brillante.
Se trata de la carta de una niña a sus padres desconocidos por el abandono, una búsqueda de la identidad tan necesaria para el ser humano, para su asentamiento físico y mental. Recogida del orfanato por una anciana en tiempos del comunismo en Moldavia, la pequeña se interroga sobre sí misma, sobre su genética y los que están detrás en su origen, algo que solo los huérfanos conocen como sentimiento profundo y con frecuencia desgarrador.
El amor como sutura del dolor, la maternidad y los vínculos con el pasado y el origen, se ponen de manifiesto en esta narrativa que interesa por su asunto y su estilo en el lenguaje utilizado, que la traductora ha sabido transmitir.
“El jardín de vidrio”, de Tatina Tîbuleac, una novela que es una búsqueda caleidoscópica del lenguaje, con la que se puede celebrar muy bien este mes cervantino, entre el que se encuentra el Día Internacional del Libro.