Infinito Delicias abre sus puertas en Madrid: un nuevo espacio donde todo fluye
por Redacción
Infinito Delicias se ha inaugurado oficialmente el pasado 11 de Diciembre en el barrio de Delicias. Un espacio pionero de experimentación ciudadana que redefine la manera de habitar, crear y convivir en la ciudad. El proyecto —impulsado por la Fundación Daniel y Nina Carasso— reúne en 2.700 m² cultura, alimentación sostenible, innovación social y vida comunitaria bajo un mismo techo.
El acto de inauguración ha reunido a representantes institucionales, comunidad artística, proyectos locales, organizaciones sociales y vecinos del barrio, quienes han recorrido el edificio y explorado sus cocinas experimentales, laboratorios, salas culturales, zonas de trabajo compartido y el patio ciudadano.
Un nuevo “tercer espacio” para Madrid
Concebido como un lugar “donde todo fluye”, Infinito Delicias se inspira en la idea de los terceros espacios: ni casa ni trabajo, sino un territorio intermedio donde la ciudadanía pueda encontrarse, aprender, cocinar, investigar y crear en comunidad.
“Infinito Delicias es un lugar donde los encuentros ocurren de manera natural, donde se cruzan disciplinas, generaciones y miradas. Un laboratorio colectivo donde imaginación y encuentro se nutren mutuamente. También queríamos que fuera un espacio que respirara con el barrio. Que sus puertas invitaran a entrar, que su programación creciera con la comunidad. Y hoy, solo con mirar alrededor, vemos que esa imagen ya es real”, explicó Marina Nahmias, presidenta de la Fundación Daniel y Nina Carasso, durante la inauguración.
“Así concebimos este lugar: no como un edificio especializado, sino como un espacio dispuesto a dejar entrar lo inesperado, un espacio donde todo fluye. Un lugar que no teme al silencio ni a la incertidumbre, porque entiende que ahí empieza la creación”, añadió Francesco Cingolani, director del proyecto.
Infinito Delicias nace como un punto de encuentro abierto, construido para que artistas, vecinos, emprendedores, cocineros, fundaciones, instituciones públicas y proyectos sociales compartan ideas, procesos y experiencias. Más que un edificio, es un ecosistema en evolución.















