Perfume Genius, las lecciones de la mediana edad
por Xavier Valiño
Tras quince años de carrera, Perfume Genius (nombre artístico tras el que se esconde Mike Hadreas) llega a su séptimo disco. Glory tiene una superficie prístina y un fondo tierno e hirviente . Se trata de un álbum completado por su compañero de vida y compositor Alan Wyffels y el productor de varios de sus trabajos Blake Mills, junto con la banda más potente que Perfume Genius haya tenido hasta ahora: los guitarristas Meg Duffy y Greg Uhlmann, los bateristas Tim Carr y Jim Keltner y el bajista Pat Kelly. En el disco, los músicos hacen uso de sus habilidades, mientras que Hadreas emplea su imaginación macabra y su humor negro para componer canciones más personales.
El conflicto central del disco, dice Hadreas, es la “ida y vuelta entre lo interno y lo externo”. Lleva década y media girando por el mundo, a la vista del público, lo que choca claramente con su impulso innato hacia el aislamiento. Para Glory intentó un nuevo proceso de composición al involucrar más al grupo, dejando espacio en sus composiciones para que sus amigos desarrollaran los arreglos. Como dice Hadreas: “Estoy más comprometido con la banda y el público. Todavía estoy en una etapa salvaje, pero hay más interacción y es más colaborativo, lo que lo hace mejor, pero también aterrador, porque me siento más vulnerable”.
En cuanto a las letras, estos 11 temas concisos revelan situaciones inquietantes que apenas podemos discernir, escenas de vida doméstica y desesperación proyectadas a través de un prisma idiosincrásico. Cada canción es, en esencia, un esbozo de un personaje distinto, y Hadreas reúne a todo un elenco: Dion, Angel, Tate, el Jason familiar que ya adelantó con una canción homónima en Set My Heart On Fire Immediately de 2020 y el último lanzamiento de Hadreas, Ugly Season. Todas estas figuras flotan a través de un paisaje abstracto mientras Perfume Genius las define con la claridad de un novelista. El resultado es un disco que afirma la vida, como si se tratase de un auténtico cantautor, y que es a la vez la declaración más elocuente de su carrera.
Este trabajo, asegura Hadreas, es su “confesión más directa”. Aun así, se revela a sí mismo no a través de relatos sinceros en primera persona, sino en viñetas enrevesadas, utilizando personajes para examinar diferentes formas de intimidad: “la unión romántica de “Me & Angel, el rudo juego infantil de “Hanging Out”, el afecto unilateral de “Full On”, la amistad delirante y difícil de manejar de “Capezio””. El talento de Hadreas para la comedia, que lo ha convertido en un comentarista tan mordaz en las redes sociales, ofrece un contraste evidente que revela tanto la dulzura del disco como una amenaza latente: por ejemplo, la referencia a la compañía de ropa de baile de nombre “Capezio” muestra a un cantante dispuesto a guiñarle el ojo a su público con la misma facilidad con la que puede hacerles llorar.
Si Glory es un disco inusualmente personal es porque refleja las propias ansiedades de Hadreas y las del mundo en general: los miedos que acompañan al éxito y, también, con un tono de paranoia que impregna el espíritu de la época. “Asentarse”, canta en la canción de apertura “It’s a Mirror”, “Todavía corro y me escondo cuando un hombre llama a la puerta”. El hogar es un santuario, pero uno en el que los hábitos familiares y los recuerdos persistentes tienen una influencia peligrosa.
Sus temas hablan de personas enamoradas de las jaulas en las que prefieren vivir, como en “In a Row”, o que hayan sido liberadas de ellas por conocidos a los que dejan entrar, como en la conmovedora y hermosa “Me & Angel”, la última de una serie de canciones que Hadreas escribió sobre su romance de quince años con Wyffels. Los arreglos etéreos de Perfume Genius y su envoltorio más acústico ayudan a que Glory parezca, en algunos momentos, una colección de nuevos estándares para románticos homosexuales y viejas almas a la deriva en el siglo XXI.
Las canciones del disco van desde baladas majestuosas y tristes, revestidas con celeste o flauta, hasta temas rockeros feroces como “It’s a Mirror”, liderados por guitarras que parecen batirse en duelo, pasando por “No Front Teeth”, que presenta la voz tenue de Aldous Harding. Esta yuxtaposición, y la confianza y habilidad que Hadreas y sus colaboradores aportan a su sonido delicado y liminal, sugieren una forma nueva y vital de madurar como cantante.
Hadreas reprende la tendencia de la cultura gay a ver el envejecimiento como una tragedia, mirando más allá de las prerrogativas libertinas de la juventud para revelar la posibilidades de sus consecuencias. Glory promueve un concepto que Hadreas comenzó a explorar en la monumental Set My Heart On Fire Immediately, reformulando la extensa parte central de la vida como una era de reflexión marchita y de pruebas, con algo más de conocimiento, por los misterios perdurables de la cercanía, la amistad y el sexo.
“Ahora en silenciosa gloria / encontrando sombras”, canta al final del disco. Hadreas narra cómo es vivir después de que los clubes cerraran, los altibajos se volvieran aterradores y la escena siga adelante. No encuentra su gloria a la que se refiere el título del disco intentando desaparecer o desvanecerse, sino tratando de convertirse en una mejor versión de uno mismo: complicado, defectuoso, endurecido por la experiencia, agrietado por miedos abrumadores y razonables, pero en última instancia más compasivo que resignado.
“Hay un mapa para la primera parte”, dice sobre ser joven y gay. “Hay libros sobre estafadores, alcohol, drogas y salir por las noches. Más allá de eso, no hay mucho más”. Aun así, Perfume Genius sigue enviando sus coordenadas desde un lugar a kilómetros de los lugares habituales. Sus lecciones son igualmente identificables y están a disposición de quien quiera acogerlas. ”La forma en que vives ahora está bien”, afirma en este álbum, concluyendo también, que “la forma en que aprenderás a vivir en el futuro también estará bien”.