Haruki Murakami: «La ciudad y sus muros inciertos»

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En la Ciudad y sus muros inciertos se narra una supuesta historia de amor un poco extraña (onírica, dicen las reseñas). Un joven sigue a una joven a una ciudad bastante extraña, Más»

«Goya, el despertar de la conciencia»

«Goya, el despertar de la conciencia»

Se presenta a los medios la gran exposición comisariada por Victor Nieto Alcaide, académico delegado del Museo, Calcografía y exposiciones temporales, quien ha realizado una cuidadosa selección de obras en las que Más»

Discos

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FOUR TET: Three (Text Records-) Que el título no conduzca a engaño a nadie. Three (Tres) es el duodécimo álbum en solitario de Kieran Hebden al frente de su proyecto Four Tet, Más»

The New Raemon, el adiós a un amigo

The New Raemon, el adiós a un amigo

Pactemos que un disco es una carta o una postal que un artista nos envía cada cierto tiempo. Hace 21 años que Ramón Rodríguez nos escribe cartas y postales desde un mirador Más»

Colita-Antifémina

Colita-Antifémina

Una primicia expositiva para reivindicar la figura de dos mujeres intelectuales, en su hacer dentro de una época convulsa, en una lucha para dignificar el hecho de ser mujer y hablar de Más»

Discos

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J: Plena pausa (El Ejército Rojo) No es la primera vez que grava al margen de Los Planetas, ya que también ha participado en proyectos como Grupo De Expertos Solynieve, Los Evangelistas o Más»

Discos

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THE VACCINES: Pick-up Full of Pink Carnations (Thirty Tigers-Popstock!) En 2011, The Vaccines logró el éxito con el álbum What Did You Expect from The Vaccines? , que sigue siendo a día de hoy el Más»

Marianne Apostolides: «Nadar»

Marianne Apostolides: «Nadar»

Recuerdo al menos dos historias que se sirven del acto de nadar para hacer avanzar (y retroceder) el relato. La primera es un cuento de John Cheever y se titula El nadador. Más»

Accademia del Piacere: «Gugurumbé. Las raíces negras»

Accademia del Piacere: «Gugurumbé. Las raíces negras»

El espectáculo que ha presentado el violagambista Fahmi Alqhai y el coreógrafo Antonio Ruz -en el marco de la programación del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM)- puede calificarse como espectacular. Espectacular no por grandiosidad Más»

El realismo íntimo de Isabel Quintanilla

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El museo dedica por primera vez una exposición monográfica a una artista española, Isabel Quintanilla (1938-2017), una de las figuras fundamentales del realismo contemporáneo. La muestra reúne 90 obras de toda su Más»

 

Pepa Calvo, pintura entre la geometría y el mundo onírico

por Julia Sáez-Angulo

 A sus padres no les gustó que la niña quisiera estudiar Bellas Artes, porque no les parecía práctico para la vida. Pero Pepa Calvo (Arnedo. La Rioja, 1942) fue aceptad por unanimidad en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, después de dibujar una espléndida academia sobre una Venus. Esto la redimió bastante ante la mirada de sus padres            Ahora, para celebrar su 80 cumpleaños, la artista riojana residente en Madrid, prepara una exposición sobre su obra más reciente en pintura y pequeña escultura para la madrileña galería de arte Ra del Rey.

            “Cuando era joven, sentía tal felicidad al pintar, que me parecía el mayor goce la la vida. Escuchar el roce del pincel sobre el lienzo o la tabla me “ponía”. Era tan feliz, que tenía miedo de casarme con uno de esos hombres, que te quitan de pintar porque sienten celos de tu trabajo o porque quieren que te dediques en exclusiva a ellos, los hijos y la casa”.

            Afortunadamente, Pepa Calvo se casó con el ingeniero vallisoletano José Luis Collantes, que la apoyó siempre en su empeño y la acercaba a cursos de especialidades. “En un curso en el Monasterio de Poyo (Pontevedra), con el excelente artista Isidoro Valcárcel, mi marido me llevaba todas las mañanas al curso y se iba con los niños a la playa. Los profesores, conmovidos, le dieron a él también un Diploma de Cooperación, al terminar el curso”, cuenta la pintora.

            “Cuando estudiaba Bellas Artes los profesores Medina y Capa me inclinaban hacia la escultura, porque se me daba muy bien. Me gusta la escultura, pero trabajada en pequeño formato. No me veo trabajando grandes moles de piedra, por eso elegí la especialidad de pintura, aunque sigo haciendo escultura pequeña con los materiales más diversos, recientemente con huesos de cañada, que me llevan a una escultura no exenta de humor”.

            En realidad, como artista visual de nuestros días, Pepa Calvo es multidisciplinar. “Trabajé un tiempo en la restauración de arte, pues me especialicé en ello en el Casón del Buen Retiro con Julio Moisés hijo, que enseñaba mucho y bien. Me gusta restaurar piezas de todo tipo, de arte y de mobiliario”, me cuenta mientras muestra la escultura de un gran burrito de madera, arrumbado en una leñera, que ella rescató con permiso de unos amigos, restauró, y le hizo una oquedad con puerta para guardar cosas en su vientre, lo que constituye una gozo para sus dos nietos”.

            Pepa Calvo trabaja muy a gusto en su gran estudio en el Parque de Lisboa, donde aprovechó el confinamiento de la pandemia para hacer un homenaje a Gaudí, en su 95 aniversario, haciendo un gran mural en la terraza a base de craquelado cerámico -el trencadis que fue muy popular en la corriente arquitectónica conocida como Modernismo Catalán en los siglos XIX y XX. “Lamentablemente, la gran nevada Filomena, invadió la terraza del estudio y me despegó algunos fragmentos. Ahora, pasado el verano quiero restaurarlo”, explica la autora.

            Aunque disfruta con la geometría -tiene preciosos grabados a base de rectángulos y cubos-, acaba en su campo preferido el mundo onírico, donde emergen figuras diminutas que cuestionan al espectador. Por ahí van sus buscadores de nubes y sueños. “He representado mucho a la mujer, consciente de mi condición femenina, sobre todo como pintora. Al poco de terminar Bellas Artes, me impactó lo que le sucedió a una amiga que exponía en la galería Biosca. Vendió uno de sus cuadros a un matrimonio y cuando llegaron a recogerlo, el galerista les dijo: la pintora está casualmente aquí, os la voy a presentar. Así lo hizo y vio como cambiaban las caras de los compradores. Se metieron al despacho con el galerista y cuando se marcharon, aquel le dijo a la pintora que habían desestimado la compra por tratarse de una mujer. El trabajo femenino no lo consideraban arte serio”.

            Pepa Calvo firma solo con su apellido y dice que no cabe hablar de arte masculino o femenino, sino de arte. “Curiosamente una de las primeras mujeres que representé fue a Ofelia, es mujer que murió ahogada ante la incomprensión de Hamlet. Me gusta representar mujeres de la mitología o de la Historia como representantes de un sentimiento o una pasión”.

            Algunas paredes del salón de la casa de Pepa Calvo son una recreación suave de nubes, pájaros y flores. “Cuando lo estaba pintando me enteré de la matanza en los trenes de Atocha por la explosión terrorista, y me quedé tan sobrecogida que dejé de pintar las flores y pasé a pintar diminutas mariposas que salían de ellas. Las mariposas son representación de las almas desde antiguo en la Historia del Arte”, me explica.