Pilar Adón: «Las órdenes»
por Alberto García-Teresa
(La Bella Varsovia, 2018. 68 págs)
Sobre la obediencia versa el último poemario de Pilar Adón (Madrid, 1971), poeta y narradora. La autora explora en Las órdenes las tensiones internas de la obediencia, la zozobra al querer rebelarse y el dolor y angustia ante ello. Lo lleva a cabo mediante un conjunto de poemas secos, que poseen algunas exploraciones descriptivas pero ejecutadas con mucha concisión. Las escenas que conforman los textos Adón las construye encadenando sintagmas nominales, con lo que construye un ritmo abrupto. Igualmente, logra una atmósfera fría muy significativa, coherente con la deshumanización y falta de vínculos y vitalidad de nuestro tiempo.
Los versos de estas páginas levantan una crítica de la sumisión y de los roles de docilidad que socialmente se otorgan a las mujeres en distintos ámbitos de la vida. Pero la escritora lo hace sin concretar. Al contrario, lo realiza de un modo más abstracto mediante escenas que no están detalladas. Así, Adón evita lo evidente a favor de aproximaciones más sugerentes y abstracciones en su denuncia que pasa a ser estructural. Además, se plantea siempre alrededor del “yo”, con lo que se resalta la interiorización de la obediencia. En ese sentido, denuncia el amor romántico.
A su vez, hace un trabajo de genealogía (en el cual la figura de la abuela es el símbolo) para rastrear y cuestionar los roles patriarcales. Se remarca, entonces, el peso de la familia y de los cuidados a través de un recorrido por los mayores a quienes atiende (padre, abuela). No en vano, a las relaciones familiares entre el hastío, el dolor y la compasión dedica la segunda parte del libro. Y, finalmente, la renuncia a la maternidad se manifiesta como desobediencia dentro de ese encaje de posicionamientos y cuestionamientos disidentes que supone Las órdenes.