Ayako Rokkaku, para los momentos que te sientes Paraiso

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    La pintura en vivo o live painting , con la idea de la expresión libre y el disfrute creativo, tiene en la japonesa Ayako Rokkaku(1982-Chiba-Japón) una de sus más internacionales Más»

Perfume Genius, las lecciones de la mediana edad

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Tras quince años de carrera, Perfume Genius (nombre artístico tras el que se esconde Mike Hadreas) llega a su séptimo disco. Glory tiene una superficie prístina y un fondo tierno e hirviente . Se trata Más»

Discos

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TORNER.Centenario en la Academia (Obra 1977-2008)

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Se conmemora el aniversario del nacimiento de su académico de número Gustavo Torner (Cuenca 1925). Para tan significativo evento conmemorativo se han reunido trece pinturas de gran formato realizadas entre 1977 y Más»

Patricia Gisbert: «Lust for Light» pasión por la contemplación activa

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Una exposición de la artista valenciana Patricia Gisbert sobre la exploración de las relaciones entre la luz, la materia y la percepción. Más»

Discos

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TINA TURNER: Private Dancer (40th Anniversary Edition) (Parlophone) En enero de 1983, David Bowie estaba en Nueva York para firmar con EMI y alguien le preguntó qué planeaba hacer esa noche. Para Más»

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THE PAINS OF BEING PURE AT HEART: Perfect Right Now: A Slumberland Collection 2008-2010 (Slumberland) Algunos los echaban de menos. Surgidos en Nueva York en 2007, The Pains of Being Pure at Más»

Juliana Serri: «Velos y desvelos»

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La exposición que presenta el Espacio Cultural de la Casa de Brasil sobre la obra de Juliana Serri es, sencillamente, magnífica. Los grandes y luminosos espacios de este precioso centro acogen sus Más»

Art Madrid 2025: un escaparate de tendencias y reflexión artística

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Art Madrid celebró su 20ª edición, consolidándose como un evento clave dentro del circuito del arte contemporáneo en España. A lo largo de cinco días, el centro de la capital se convirtió Más»

Garaje Bonilla, un nuevo espacio para el arte

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Durante la Semana del Arte en Madrid, además de las ferias, también se inauguran nuevos espacios expositivos que presentan propuestas innovadoras. Un ejemplo de ello es Garaje Bonilla, un nuevo espacio artístico Más»

 

Missing o los cuerpos perdidos

por Nuria Ruiz de Viñaspre

Missing. Perdida en la memoria o pérdida de memoria. En tan solo una hora y media la compañía británica Gecko Theatre consigue que el espectador-niño se encuentre con su propio delirio, delirio por cierto que es el delirio universal. En ese intervalo extraño, donde la cabeza va y viene, se da el encontronazo de todos con todos. La cabeza contra el muro, el brazo contra el codo. El cuerpo contra el vacío. Estábamos ante la no correspondencia de conjuntos. Missing es un viaje a la psique humana a través de una cinta transportadora que avanza hacia el futuro deseado y desavanza y trastabilla desde la pesadilla del pasado. Todo está ahí. Entre el ensueño y la realidad. Delirante-Mente-Poético. Metido en marcos acotados. Como si fueran fotogramas estridentes que te estiran y estiran hasta llegar a romperte. Para acotar en cada momento la baldosa en la que nos hallamos. Una baldosa que era océano con el agua perdida del balde, pues todo está perdido en el espacio de nuestra memoria. Enterrado. Hasta que el propio paso del tiempo lo desentierra todo y lo destierra. Profundamente pulcro de luz y pulcro de sombras, el llamado teatro físico proponía cuerpos donde la voz primera nos grita que todo es una cruel y bella repetición. Somos lo que comemos. Y comemos a diario nuestro pasado. Almas en descomposición.

A través de esos diversos fotogramas que a veces eran pura enajenación en la cabeza, Gecko nos relata los inicios de Lily (nombre por cierto que me lleva a la Lilith del inicio verdadero). Las relaciones sociales en una empresa, los compañeros de esa empresa, fieros leones unos para otros, el amor ahí, en el núcleo del inicio, su comienzo, la boda, el primer encuentro, el primer desencuentro donde la rodilla de uno choca contra la rodilla de otro porque somos inconvivibles, el poner la mano en una mano invisible, y en ese asir coger el aire, respirar, respirar, respirar, para llegar en ese avance al pasado más terrible de Lily, su infancia descompuesta hecha de padres descompuestos. Todo lo que somos viene de ahí. De los nombre de pila que perdemos. Liliana se llamaba la niña, olvidado nombre convertido en otro. No hay más que girar la cabeza para conocer nuestros sufijos. Arrastramos generaciones de tan atrás que podríamos tocar incluso a aquella Lilith primera. Es claro que todo está conectado y que nada ocurre por nada. Parece una frase hecha pero en esa línea divisoria se movían las psiques de Missing. Sí, el amor nos transforma, hace que seamos otros por ese originario afán que es común a todos de que nos quieran, pero no tarda en salir el carácter que arrastramos, un cara que choca de un modo casi esquizofrénico con la cara del otro. Ahí se genera la electricidad que nos electrocuta. Ahí camino ese no comunicación entre dos islas. Somos un vendaval que choca con otro dentro de una isla. Un algo de luz que arrasa con todo. Y en Missing todo es distorsión, como distorsión es nuestra memoria rota que hecha raíz y nos ancla. Luces y sombras que deforman nuestra a veces luminosa mente y otras veces tan sombría.Me di cuenta tarde, o me quise dar cuenta tarde, pero sentí que la música determinaba los estados a los que nos quería llevar la obra. La música más evocadora nos llevaba a la ensoñación y la más estridente la realidad, la discusión, el conflicto constante… todo mirado al trasluz de unos cristales que eran las ventanas del mundo. Cinematográfico mundo en el que el alma de Lily se encerrada en una caja mientras todos miraban lo que ella no veía. A veces la vida tira de nosotros, nos empuja a lo más deleznable y somos otros siendo el mismo.

La simbología fue que la Lily-niña, representada por una marioneta, coincidiera finalmente con la Lily-adulta que aseveraba engañosamente ese “mamá, todo ha sido por ti, pero ahora bailaré para mí, no para ti”. Un espejismo esa sensación de libertad de Lily, pues el baile que cerró la obra era exactmaente el mismo baile que un piso más arriba bailaba la madre Lily-adulta era por tanto otra marioneta. Y es que los espejos, a diferencia de los espejismos, se rompan o no se rompan, siempre están ahí radiografiando nuestra psique.

En un momento alto de la obra recuerdo que dije en alto esta frase: no puedo creer estar ahora mismo aquí viendo esto… Me parecía tan insólito y acertado que me extrañó estar viviendo un momento que de un modo u otro todos hemos vivido. Sobre el escenario estaba retratado todo el patio de butacas. Más tarde leí en el programa que entrar en Missing era como estar casi dormido, y esto le dio sentido a mi frase.

No eran sino un conjunto de hechos inconexos realizados conscientemente para que cada uno de nosotros, ya en nuestras casas, recompusiéramos el puzzle según la vivencia que hayamos tenído o hayamos arrastrado.