Discos
por Xavier Valiño
PAUL WELLER: A Kind Revolution (Phonogram)
Parece mentira, pero Paul Weller sigue aupado a la cresta de la creatividad. Tras 40 años editando discos, después de doce álbumes en solitario, la etapa más fructífera de su trayectoria a su nombre es la que representan sus cuatro últimos trabajos: 22 Dreams (2008), Wake up the Nation (2010), Sonik Kicks (2012) y Saturns Pattern (2015).
Con Humanz, más breve y directo, Weller parece querer volver a estructuras más clásicas. Al menos lo consigue en cuanto a melodías y a una disposición convencional de 10 canciones. Sin embargo, le resulta difícil sustraerse a la (relativa) experimentación y diversidad sonora emprendida en los últimos años y, de nuevo, dejan caer otras perlas como “Woo Sé Mama” (con PP Arnold), “She Moves with the Fayre” (con Robert Wyatt), “One Tear”…
WILD HONEY: Torres blancas (Lovemonk)
En sus dos LPs anteriores (Epic Handshakes and a Bear Hug en 2009 y Big Flash en 2013), Guillermo Farré, cantante, multinstrumentista y cerebro que se esconde detrás del alias Wild Honey, se expresaba en inglés. Para su tercer álbum se ha lanzado a componer en español, convirtiendo su proyecto de pop luminoso con ecos de la psicodelia en algo mucho más ambicioso, personal y cercano, trascendiendo así sus reconocidas influencias.
Torres Blancas, grabado en colaboración con Sean O’Hagan (The High Llamas), encierra dentro delicias pop delicadas, a medio camino entre The Beach Boys y Sufjan Stevens, entre Franco Battiato y La Buena Vida, vestidas con guitarras acústicas, pianos acuosos, clavicordios,, trompetas, coros celestiales… Como dijo el músico angelino Frank Maston, también presente aquí, “parecen salidas del fondo de un mar en calma bañado por miles de rayos de sol”.
KENDRICK LAMAR: DAMN. (Everlasting)
Aunque cientos de nombres se mueven en el subsuelo sin llegar nunca a audiencias mayoritarias, cada cierto tiempo un nombre destaca en el mundo del hip-hop. De Jay Z pasamos a Kanye West y, de este, a Kendrick Lamar. Con permiso de Chance the Rapper, él es el rapero más reverenciado de los últimos años, llegando hasta su quinto disco, DAMN., en plenas facultades.
Si acaso, ahora se muestra más conciso que en entregas anteriores, sin interludios ni otros elementos que desvíen la atención. Sus canciones pasan en sus bases del funk al trap, del jazz al rock, acercándose incluso más al pop, o, más bien, a la música popular, haciendo que colaboraciones como las de Rihanna, James Blake, Kamasi Washington o unos U2 casi irreconocibles queden vampirizados por su creatividad ilimitada.
DON BRYANT: Don’t Give Up on Love (Fat Possum)
Don Bryant comenzó a cantar con cinco años en una iglesia de Memphis. Después trabajó con The Four Kings, Willie Mitchel, Al Green, Ann Peebles (su mujer desde principios de los 70), O.V. Wright… En todo ese tiempo solo ha grabado un álbum, Precious Love (1969). Es historia viva de la música negra y, como Lee Fields, Sharon Jones o Charles Bradley, acaba de ser recuperado ahora del olvido.
Su segundo aparece cuando Bryant cuenta con 74 años y lo mejor es que no desmerece su –relativamente oscura– leyenda. Es más, bien se puede considerar su mejor grabación, teniendo en cuenta los escasos antecedentes. Recupera “A Nickel and a Nail”, uno de sus clásicos, y lo acompaña de otras de otras nueve canciones en 38 minutos que saben a pura gloria de soul sureño y añejo.
VARIOS: Inercia, el Párpado del Puercoespín (Lunar)
Tienen en su haber, entre unos 20 discos publicados en 15 años, sendos homenajes a The Church y Echo & the Bunnymen, con versiones grabadas por artistas españoles. Para su tercer álbum de homenaje tampoco han escogido uno de los artistas de más renombre de la escena independiente estatal, sino que se han fijado en el seminal álbum Inercia de Lagartija Nick, editado hace 25 años.
Aunque en su momento lo publicó una multinacional, en busca de artistas rock como Nirvana que tomaban al asalto las listas de éxito, lo cierto es que la filosofía, el sonido y los textos de Antonio Arias al frente del grupo se encontraban más en sintonía con el mundo independiente… de antes y de ahora. Once grupos (entre ellos León Benavente, Triángulo de Amor Bizarro, Niños Mutantes, El Imperio del Perro o los inspirados Trepàt) reviven acertadamente aquel disco singular.
LOS STRAITJACKETS: What’s So Funny About Peace, Love and… (Yep Roc / Popstock)
En diciembre de los tres últimos años, Los Straitjackets han acompañado a Nick Lowe en su espectáculo de temática navideña Quality Holiday Revue, interpretando sus clásicos, de ahora y de siempre. Poco a poco empezaron a especular sobre cómo sonarían las canciones de Lowe en tono instrumental… y sólo había una manera de resolver el enigma…
Este es el ameno resultado, con el grupo buceando en el vasto catálogo de Lowe tanto en solitario como en sus tiempos en Brinsley Schwarz o Rockpile. Así recuperan “Rollers Show” en clave pop, “I Read a Lot” como exótica con aires de bolero, “I Live on a Battlefield” acercándolo al surf o los siempre agradecidos “Heart of the City”, “Cruel to Be Kind” y el conocido tema titular con su habitual destreza y poderío.