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MANU CHAO: Viva tú (Radio Bemba/Because Music-El Volcán) Cuando Mano Negra se disolvió, Manu Chao volvió a la lucha de guerrillas, tocando en conciertos sin avisar bajo el nombre de Radio Bemba. Necesitaba Más»

Loma, encontrando su lugar en la fábrica de ataúdes

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Hace unas semanas, Loma (Emily Cross, Dan Duszynski, Jonathan Meiburg) editó How Will I Live Without A Body?, su tercer álbum. Producido y grabado por Loma en Inglaterra, Texas y Alemania, mezclado por Más»

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SHELBY LYNNE: Consequences of the Crown (Monument-Sony) Durante la última década, Shelby Lynne ha tenido siempre detrás la referencia de la producción de su hermana menor, Allison Moorer,  y le resulta más difícil lanzar Más»

Maggie Rogers, regresando al hogar

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Margaret Debay Rogers, nacida en Easton, Maryland, el 25 de abril de 1994, y conocida profesionalmente como Maggie Rogers, acaba de publicar su tercer disco, Don’t Forget Me, dándole continuidad así a Más»

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JOHNNY CASH: Songwriter (Universal) Al igual que ha sucedido con otros ilustres de la música, tenía que aparecer algún álbum póstumo de Johnny Cash. Este disco de once canciones compuesto por él mismo Más»

Mínimo Tamaño Grande: «Return»

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La alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López Esteban ha inaugurado la exposición de esculturas “Mínimo Tamaño Grande” MTG, 2024, que tiene lugar en la Casa de Cultura del Ayuntamiento Más»

Mdou Moctar, por una nueva justicia

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Mdou Moctar acaba de editar su nuevo disco, Funeral for Justice. Grabado al final de dos años de gira por todo el mundo tras el lanzamiento de Afrique Victime en 2019, Funeral for Justice captura Más»

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DAVID BOWIE: Rock ‘n’ Roll Star! (Parlophone) Cuando en 1972 se publicó el quinto álbum de David Bowie, Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, habían pasado ya diez años desde la Más»

Man Man, la música como salvación

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Recientemente, la banda Man Man ha editado su nuevo álbum, Carrot on Strings, disponible en todo el mundo a través de Sub Pop. El álbum fue grabado en el estudio Mant Sounds en Glassell Más»

José Henrique Bortoluci: «Lo que es mío»

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El libro empieza así: “Recuerda que tu padre ayudó a construir ese aeropuerto para que puedas volar. Oigo esta frase de mi padre cada vez que tengo que coger un vuelo en Más»

 

Frivolité: La moda en el siglo XVIII

por Alberto López Echevarrieta

(Museo Vasco, de Bilbao. Del 23 de junio de 2017 al 7 de enero de 2018)

Cuando el pintor chileno Santiago Arcos Ugalde (1852-1912) conoció a la actriz de varietés Virginie Déjazet (1798-1875) quedó prendado por su personalidad envolvente hasta el punto de que quiso tener algo suyo como si de un objeto fetiche se tratara. Al menos ese es el motivo que se ha dado para que el sudamericano se hiciera con dos prendas de vestir de las que utilizó en los escenarios embaucando a Rousseau, Voltaire y hasta al mismo Cardenal Richelieu.Virginie fue una actriz y soprano francesa que tuvo un amplio eco en la escena gala hasta el punto de que Alejandro Dumas le tentó infructuosamente para que protagonizara La dama de las camelias. Curiosamente, aquella parisina, cuyos restos reposan junto a lo más granado de la sociedad francesa en el cementerio Père-Lachaise, sentía una especial predilección por camelar a sus seguidores apareciendo indistintamente en escena vestida de hombre o de mujer.

La historia de esta mujer salta a primer plano de la actualidad gracias a Frivolité, la exposición que presenta el Museo Vasco, de Bilbao, con producción del Museo San Telmo, de San Sebastián, en la que se exponen piezas de las que Virginie utilizaba en sus espectáculos. Toda una rareza como cualquiera de las veintiséis más que se exhiben y que nos retrotraen tres centurias para ofrecernos una panorámica de la moda en aquella época.

De la casaca al frac

La casaca, por ejemplo, fue una prenda imprescindible en el siglo XVIII. Las que se pueden ver aquí tienen un valor excepcional y son de gran lujo. Por la documentación que se aporta parece que su uso acabó generalizándose también entre las capas populares. La diferencia entre unos y otros está en la calidad de las telas.En realidad, la casaca fue adaptada por Luis XIV cuando decidió vestir prendas militares. Ésta concretamente, junto con la chupa y el calzón, formaron el típico vestuario masculino de la corte europea durante el siglo XVIII. Con el paso del tiempo, la prenda, voluminosa, cerrada, con escote a caja y amplios puños en su origen, fue reduciéndose. Primero se abrió por delante, luego se adoptaron cuellos vueltos y se estrecharon las mangas hasta cambiar por completo su estructura. También variaron los adornos y tejidos. Semejantes variaciones dieron como resultado lo que hoy conocemos como frac.

El recorrido por las dos salas que contienen la muestra nos permite apreciar la importancia que tuvo la seda en los tejidos utilizados en la moda palaciega francesa. Llaman poderosamente la atención las estrechas cinturas de sus portadoras que realzaban la ampulosidad de las caderas.

Cambio de moda

Todo este trajín modisteril en la corte francesa era mirado con buenos ojos desde el Reino Unido. A mediados del siglo XVII, los creadores galos empezaron a exportar su producción a Londres. Una vez al mes mandaban a Inglaterra dos maniquíes de tamaño natural vestidos a la última moda para que sirvieran de orientación a las damas inglesas. Sin embargo, a partir de 1770, cambiaron las tendencias y la sociedad francesa se decantó por los vestidos sencillos y funcionales como consecuencia de la fascinación que surgió por todo lo inglés. Así surgió un vestido denominado “a la inglesa” que suprimía la cotilla o corsé, incorporaba las ballenas en el cuerpo del vestido y sustituía el incómodo tontillo por una especie de almohadilla rellena.Resultan llamativos los términos que se empleaban en aquellas confecciones, muchos de los cuales apenas si se utilizan en la actualidad. Es el caso de miriñaque, tafetán, nesga, el mismísimo tontillo y la hoy actualizada chupa. La muestra, cuya presentación es de lo más atractiva, ofrece un abanico amplio y variado de prendas difíciles de encontrar en museos no especializados.

Frivolité ofrece asimismo la proyección de un interesante documental en torno al cuidado extremo que requieren estas prendas para que no pierdan su color ni se estropeen sus fibras.