Praxiteles, un maestro de la escultura clásica
Museo del Louvre. París. Desde el 23 de marzo al 18 de junio
Por Lola Gallardo
Para
esta magna exposición, de unas cien obras, el Louvre ha contado
con su magnífica colección y con préstamos de diferentes
museos europeos. Especialmente ha contado con la colaboración del
estado griego, pese a que finalmente se ha negado a que una de la piezas
emblemáticas, el Efebo de Maratón, viaje a París.
Alain Pasquier, conservador general del departamento
de antigüedades griegas, etruscas y romanas, y Jean Luc Martínez,
conservador jefe, han trabajado durante años para montar la exposición
y conseguir los préstamos necesarios.
La exposición refleja los más recientes
descubrimientos arqueológicos y las nuevas atribuciones, pero también
recoge obras de diferentes siglos inspiradas en Praxiteles. No podía
ser de otra manera: los temas de la cultura clásica se van repitiendo
a lo largo de los siglos y llegan hasta nuestros días completamente
frescos pues una de las señas de identidad de la cultura occidental
es la tradición grecorromana.
Poco sabemos de los datos biográficos de Praxiteles,
que nació en Atenas, que era hijodel escultor Cefisodoto. El geografo
griego Estrabón (63 a.C.-19 a.C.) nos documenta que participó
en la creación del altar de Ártemis en Éfeso, y el
arquitecto romano Vitrubio (S. I a.C.) que también lo hizo en el
Mausoleo de Halicarnaso, ambos monumentos emblemáticos del arte
griego.
Quizás lo más conocido de su biografía
sea su relación con la hermosa
y rica cortesana Friné, que le sirvió de modelo para algunas
de sus obras y en especial para la celebérrima Afrodita de Gnido
(así llamada por la isla en la que apareció) .
Frine había nacido en Tespias, Beocia. Cuando
los tebanos destrozaron su ciudad en el 371 a.C. marchó a Atenas.
Fue amante y modelo de Praxiteles. Acusada de impiedad a causa de su profesión
fue juzgada en el Areopago. Su defensor la defendió del siguiente
modo: en medio de sus alegaciones despojó a Frine de sus vestidos
y la joven quedó desnuda ante sus jueces, entonces preguntó
si mostrar semejante belleza podía ser un atentado contra la moral.
No fue condenada. Este episodio ha sido muchas veces retomado por el arte,
concretamente en la exposición del Louvre se muestra la tela El
Juicio de Friné, de J. Léon Gerome, 1861, y la escultura
Friné, obra de J. Pradier, de finales del XIX.
Friné -junto con la sabia y bella cortesana Aspasia,
mujer del gran Pericles, y la poetisa Safo- perpetúa la tradición
griega de mujeres controvertidas, que se salían completamente de
los cánones de la época. El caso de Frine es espectacular:
sólo en Francia y en la segunda mitad del XIX fue tema de dieciséis
obras pictóricas y treinta y una esculturas.
Si
de la vida de Praxiteles sabemos poco, no así de su arte: numerosos
autores griegos y romanos han hablado de sus espléndidas obras.
Desafortunadamente no podemos contemplarlas: han desaparecido. Lo que
conservamos son numerosas copias romanas, maravillosas también
pero no hay que descartar que en las copias no siempre hay fidelidad total
al modelo sino que, a veces, se imponen los gustos de la época.
Pese a ello siguen siendo de sobrecogedora belleza.
El artista se decantó sobretodo por esculpir
dioses de la segunda generación olímpica: es decir los hijos
de Zeus: Hermes, Apolo, Afrodita, Ártemis, Dioniso. Y algunos otros
personajes, como sátiros, donde se aprecia igualmente la belleza
juvenil. Al menos eso es lo que muestran las copias romanas conservadas.
Todas estas representaciones tienen en común la belleza de un cuerpo
joven perfecto, a excepción de una representación de Dioniso
que lo muestra menos joven, totalmente cubierto con una larga túnica
y barbado.
Praxiteles fue el primer autor que se atrevió
a ofrecer una figura femenina totalmente desnuda: su celebérrima
y desaparecida Afrodita de Gnido.
Típica de este escultor es la llamada curva praxitélica,
que se observa perfectamente en la imagen de Apolo Sauróctono:
el dios adolescente apoya una parte de su cuerpo sobre la otra y así
el autor crea una línea elegante y sensual con la cual Praxiteles
se desmarca del quietismo que impera en los otros dos grandes escultores
griegos, Fidias y Policleto.
La exposición parisina se articula en varios
apartados:
Originales. Sólo dos: una placa de relieve y
una cabeza femenina
colosal, descubierta en 1839 en la Acrópolis de Atenas y que no
hace mucho ha sido reinterpretada como perteneciente a una Ártemis
en su acepción de Brauronia.
Réplicas romanas. Entre ella una cabeza del tipo
Afrodita de Gnido, Apolo Sauróctono, Diana de Gabies,
la famosa Venus de Arlés, etc
Creaciones praxitelianas, es decir siguiendo pautas
inspiradas en Praxiteles. Entre ellas una Venus tipoBelvédère,
obra del boloñés Primaliccio.
Restauraciones. Por ejemplo un Apolo Sauróctono
restaurado por Giovanni Caccini Friné. Con obras como El juicio
de Friné de J. Léon Geromo (1861) y Friné
de J. Pradier, de finales del XIX.
En resumen un acontecimiento cultural que dejará
huella y que ojalá sea pronto imitado por otros grandes Museos.
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