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Morrissey en concierto: el centro de su mundo

(Heineken Music Hall, Ámsterdam, 10-4-2006)

Por Xavier Valiño

Morrissey         Uno de los mejores piropos que se le pueden echar a Morrissey es que es todo un animal de escenario, un showman que mantiene la atención de su entregada audiencia durante todo un concierto. Si lo logra, se debe en gran parte a que se atreve a mostrarse tal y como es, sin tapujos. Así, por una parte nos encontramos con un ser arrogante, enteramente convencido de su propia personalidad, pero al mismo tiempo vulnerable -aunque menos en los últimos tiempos-, conocedor de que eso es lo que consigue la empatía con sus seguidores y que haya, también, una parte del público que puede hacer de él un blanco fácil de sus críticas.  

         Lo dicho: tan arrogante como vulnerable. Y eso se pudo ver una vez más en Ámsterdam, más en sus palabras que en su presencia en escena. Entre otras, Morrissey dejó caer las siguientes frases lapidarias: “Es primavera, así que canto en Ámsterdam con estos dos labios” -o tulipanes, según se entendiera en inglés tulips o two lips-; “La sala está llena, por lo que debe estar lloviendo fuera”; “Éste es mi primer concierto en Ámsterdam, debido a la demanda popular”; “Ya no soy tan delgado como era... ¡pero vosotros tampoco!”.

         En lo musical, Morrissey se debate también entre dos extremos. Por un lado, las Morrisseycanciones de los Smiths, que son, no nos engañemos, las que le han traído hasta aquí; de hecho es difícil encontrar a alguien que prefiera su trayectoria en solitario a la de su primer y único grupo, The Smiths, por no decir imposible.

En el concierto de Ámsterdam sonaron tres temas de aquellos años dorados de su historia: “Girlfriend In A Coma”, “Still Ill” y un rácano bis con “Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me”, temas que le deben gran parte de su encanto a las guitarras cristalinas de Johnny Marr. Su guitarrista de ahora no puede hacer más que intentar reproducir aquel sonido. Por supuesto que hubo una cuarta canción de The Smiths, “How Soon Is Now?”, distinta al resto, aunque ésta ya marcaba la diferencia en su momento respecto a las otras, y hoy sigue sonando igual de especial y vigente, como uno de los momentos álgidos de sus actuaciones.

Una buena parte de su repertorio actual está más cerca en su tratamiento rabioso y eléctrico de los New York Dolls que tanto le marcaron en su adolescencia, algo que hace 20 años resultaba totalmente impensable en el sonido del grupo que le encumbró. Dentro de estas coordenadas sonaron los singles de sus dos últimos álbumes y la cara B “My Life Is A Succession Of People Saying Goodbye”, al tiempo que recuperó “Trouble Loves Me” (de Maladjusted) y Reader Meet Author (de Southpaw Grammar), que Morrisseypresentó como “del álbum que no le gusta a nadie, por eso la toco”. “Life Is A Pigsty”, de su último álbum Ringleader Of The Tormentors (del que interpretó siete temas), fue la gran revelación de la noche, superando en mucho a su versión en disco y convirtiéndose en la espina dorsal que sustenta todo el concierto. Vamos, su nuevo “How Soon Is Now?”

Como curiosidad, Morrissey interpretó en esta ocasión una versión de Magazine, “Song From Under The Floorboard”, aunque la presentó, con su peculiar sentido del humor, como una canción de Mouth & McNeal (los representantes holandeses en el Festival de Eurovisión de 1974). Su teclista Michael Farrel también quiso hacer su chiste privado al arrancarse con los primeros compases de “Hocus Pocus” de Focus, pero nadie le prestó la más mínima atención. Al igual que quien le paga, todos sus seguidores sólo tenían la atención centrada en aquel personaje que los focos perseguían sin descanso, un Morrissey que se siente autosuficiente para llenar hora y media de concierto, algo de lo que a nadie le quedó la menor duda.

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Nº 10 - Abril de 2006

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