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Eels en concierto

(World Forum Theatre, La Haya, 3 de octubre de 2005)

Por Xavier Valiño

Eels¿Es Mark Oliver Everett (E) el Tim Burton del pop? Ya que, por contrato, habría que situarlo más en la órbita de Steven Spielberg. Pero su particular mundo atrapa e hipnotiza tanto o más que el de ese niño grande del cine que es Tim Burton. Por si sus discos y sus portadas no fuesen suficientes pruebas, en directo lo ratifica.

Para empezar, su nueva gira huye de los convencionalismos y de los recintos al uso, celebrándose sus actuaciones en teatros. Él mismo reconoce que eso fue lo que le motivó de nuevo a ponerse en la carretera, después de varias giras eléctricas y rockeras, sintiéndose mucho más emocionado y motivado con la idea en esta ocasión.

En esta gira no hay teloneros, pero es que el Sr. E sabe cómo entretener a su audiencia y, sobre todo, sorprenderla. Antes de que salga a escena, en una pantalla gigante se proyecta un corto de animación digno de Tim Burton, en el que un animal semejante a un oso de peluche llamado Cheburashka, un cocodrilo y una viejecita vengativa cruzan sus caminos y corren varias aventuras juntos en la estepa rusa, camino de Moscú.

Durante los 25 minutos que dura, uno tiene la impresión de que todo es idea del Sr. E, pero los créditos finales sólo muestran nombres en ruso, por lo que, a falta de otra explicación, queda la duda de su verdadera autoría, aunque no la sintonía con el personaje principal de la noche.

Tras un paréntesis de unos quince minutos, de nuevo se apagan las luces. Pero la pantalla de proyecciones sigue ahí. Esta vez, con lo que parece un trailer de un documental titulado Rock Hard Times y centrado en el grupo, con apariciones en televisión, imágenes de sus clips y trozos de las partes más desbocadas de sus conciertos. ¿Megalomanía o autocrítica? Pues se supone que un poco de todo.

El mejor momento lo pone Mr. E contestando a las preguntas estúpidas de una reportera que, parece, no sabe a quién se enfrenta:

"Presentadora: La reciente muerte de Aaliyah ha conmocionado mucho a la gente por aquí. ¿Cómo ha sido para ti como americano?

E: Ha sido una noticia horrorosa. Habíamos planeado un dueto juntos y ahora no se va a producir nunca. Creo que su muerte ha sido más trágica, probablemente tres veces más trágica que la de Kurt Cobain.

Presentadora (descolocada y con ganas de acabar): Siento decir que se nos ha acabado el tiem.

E (interrumpiendo): Creo que ha sido más trágica que las muertes de Kurt Cobain, Hank Williams y Elvis Presley juntas."

Por fin se levanta la pantalla y, tras el "In The Wee Small Hours Of The Morning" de Frank Sinatra, una voz anuncia: "Señores y señoras, niños y niñas, contengan su respiración y pidan un deseo". Ahora sí, por fin, hace su entrada la banda. Pero también se trata de algo especial: Eels with strings, o sea, Eels con cuarteto de cuerda femenino.

Además del cuarteto, acompañan a Mr. E un contrabajista con cresta, Alan Hunter, que también tocará piano y mandolina, así como Chet Lyster (Chet Atkins III), un multiinstrumentista que casi se convierte en el rey de la noche, tocando la guitarra, la slide, piano y una percusión formada por cubos de basura y maletas.

Evidentemente, no puede superar a la verdadera estrella, el Sr. E, que aparece de traje, corbata, sombrero, con bastón y fumando puros, algo que le mantendría ocupado todo el concierto. Si su carisma cautiva, sus canciones interpretadas en formato diferente al habitual subyugan. Falta la electricidad, como bien reconoce él, pero el grupo lo suple con una intensidad a la que sólo le falla un poco la cascada voz de Mr. E. Así, con la voz ronca y esta extraña banda de acompañamiento, Mr. E recuerda también a Tom Waits -invitado, por otra parte, en su última grabación-.

El recital se nutre, principalmente, de su nuevo disco Blinking Lights And Other Revelations , aunque hay también lugar para versiones de Bob Dylan ("Girl From The North Country") y Prince ("I Could Never Take The Place Of Your Man"). Una de las canciones más coreadas de la noche es "I Like Birds", aunque la versión de cuerda de "My Beloved Monster" y una interpretación más veloz de "Hey Man "Now You're Really Living)" sorprenden más. Pero el mejor momento llega al final de "Flyswatter", con todos los músicos creando sonidos angustiosos durante unos cinco minutos, y su engarce con un más breve y saturado "Novocaine For The Soul".

Al final, cuatro bises, uno de ellos cuando ya las luces se han encendido y casi todo el mundo ha abandonado el auditorio. A la salida se vendía un disco en directo de edición limitada con diez canciones, titulado Sixteen Tons (Ten Songs) y grabado en 2003 en la emisora KCRW. Así es Mr. E, distinto en todo, ingenioso (en un momento dijo "siento mucho haber tardado tanto tiempo en volver, aunque no recuerdo haber estado aquí nunca antes") y poco acomodado. Lo sabe, y se aprovecha de ello, consiguiendo que todos caigan rendidos a su propuesta.

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Nº 6 - Diciembre de 2005

 

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