Pocas 
          coronas duran para siempre en el mundo del deporte y de la música y, 
          sin embargo, hay un acuerdo generalizado en dos de ellas: Muhamad Ali 
          (Classius Clay) fue el mejor boxeador de todos los tiempos y los Rolling 
          Stones serán para siempre la mejor banda de rock'n'roll del mundo. Al 
          igual que Ali, ya hace bastante que los Stones han pegado su último 
          buen derechazo y, en el año en el que la gran dama de la pantomima Mick 
          Jagger cumple los 62, no es muy probable que ninguna de las canciones 
          de su reciente A Bigger Band pulverice a una nueva generación y escandalice 
          a otra de más edad, tal y como hicieron en su esplendor de los 60 y 
          70, aunque "Sweet Neo Con" haya traído la polémica con ella. 
          Pero, al igual que Ali, su leyenda todavía lo domina todo. Lo que consiguieron 
          en un período que duró más o menos unos 20 años todavía representa el 
          listón al que todos los jóvenes con ambición deben aspirar. Son el estandarte 
          de las bandas de rock'n'roll. En 1969 los Stones giraron por los EEUU 
          bajo la denominación de El mejor grupo de rock'n'roll del mundo, y desde 
          entonces nadie ha conseguido arrebatárselo. Fueron pioneros en el camino 
          que lleva de los ídolos de adolescentes a estrellas de superestadios, 
          justo el que los condujo de paso a las drogas, la muerte y su Satánica 
          majestad, un camino que ahora parece el cliché del rock'n'roll pero 
          que fue, de hecho, recorrido por primera vez por estas leyendas con 
          arrugas. Hay muchas más que cinco razones por las que los Stones son 
          los más grandes, pero aquí van cinco de las más importantes.
          
          1 Mick y Keith (también conocidos como The Glimmer Twins)
          
          En el corazón de la leyenda de los Stones está el lazo profundo y fraternal 
          entre su cantante Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards: The Glimmer 
          Twins. Desde luego, se trata de una relación que camina precariamente 
          entre el amor y el odio, 
pero 
          es la que, sin lugar a dudas, será la relación dominante de sus vidas. 
          No hay más que recordar que después de las noticias de que a Jagger 
          se le había concedido el grado de Sir por las mismas autoridades que 
          años atrás trataron de meterlo entre rejas, Richards, según sus propias 
          palabras, montó en cólera. Semanas después parecía feliz una vez más 
          compartiendo escenario con él. Tal es la unión que existe entre los 
          dos. Ambos representan dos extremos opuestos en el seno del grupo y 
          nadie más que el batería Charlie Watts (a quien Jagger y Richards adoran) 
          consigue llevarse amistosamente con los dos extremos. Por un lado está 
          Jagger, el trepa social con pretensiones teatrales, el cerebro de los 
          negocios detrás de la poderosa marca corporativa de los Stones, el que 
          habitualmente se encuentra rodeado de jefes de estado, supermodelos, 
          VIPs y todo el lujo del mundo a su alcance. En la otra esquina se encuentra 
          Richards, el forajido callejero del rock'n'roll. Keef, como se le conoce 
          popularmente, estrella coches, lleva armas, arrasa hoteles. También 
          se ha metido suficiente heroína como para mantener a todo un regimiento 
          entonado durante meses, ha llevado su carrera al mismo tiempo que otra 
          paralela con el alcoholismo, ha conseguido que su dientes cambiaran 
          completamente de color, se rumorea que se ha hecho una transfusión total 
          de sangre y todavía consigue explicar cada noche cómo se debe usar una 
          guitarra eléctrica para lograr un estado de ánimo más elevado mientras 
          no deja de 
fumar. 
          Son polos opuestos. Y, sin embargo. Y, sin embargo, todavía siguen unidos 
          por aquello que los unió en la época en la que eran casi vecinos y se 
          encontraron por primera vez en un colegio de Kent. "Le pregunté 
          que quería hacer", confesó Jagger, "y me dijo que quería ser 
          un vaquero como Roy Rogers y tocar la guitarra. Lo de Roy Rogers no 
          me impresionó mucho, pero lo de la guitarra sí que me interesó. Años 
          después, Jagger todavía no consigue entender el hecho de que sin la 
          guitarra de Richards casi nadie se interesa por él. Son como siameses 
          a los que no les gusta estar cerca, pero que saben que cualquier intento 
          por separarlos podría ser fatal. Nunca ha habido una pareja de cantante-guitarrista 
          como ésta. Axl Rose y Slash, Ian Brown y John Squire, Noel y Liam Gallagher. 
          Simples culebrones al lado de este teatro de envergadura.
          
          2 El sexo y las drogas 
          
          Por supuesto que los Rolling Stones no inventaron aquello de sexo, drogas 
          y rock'n'roll; simplemente parece que lo hicieron a su medida. Evidentemente, 
          pocos han logrado tanto rendimiento e infamia en la persecución de los 
          placeres carnales o químicos. Como se podría prever, los dos líderes 
          no podían haber tenido los mismos vicios, pero sí que tomaron direcciones 
          distintas con la misma intensidad: Richards buscando el nirvana narcótico 
          y Jagger empujado por un apetito sexual superior al de toda la Legión. 
          Todos los miembros de la banda, menos el estoico batería Charlie Watts, 
          se han visto envueltos en algún famoso drama sexual con una exquisita 
          belleza y, a veces, con la misma exquisita belleza al mismo tiempo. 
          La imagen más poética puede ser la de Richards esperando en su coche 
          durante 12 horas en la puerta de una mansión de Notting Hill mientras 
          Jagger rodaba una escena de sexo con la modelo -y entonces novia de 
          Richards- Anita Pallenberg para la película de culto Performance, una 
          escena tan potente que obtuvo un galardón holandés a la mejor escena 
          pornográfica. De todas formas, hay que tener en cuenta que ésa es una 
          aparición un tanto atípica de Richards en el catálogo de intrigas sexuales 
          de los Stones, un papel reservado casi siempre para Jagger, sin olvidar 
          las preferencias del bajista Bill Wyman por las adolescentes. Mientra
s 
          que Richards se dedicaba a perseguir sus demonios por las noches, Jagger 
          siempre prefirió a las damas de alcurnia. Marianne Faithfull, Anita 
          Pallenberg, Bianca Jagger y Jerry Hall fueron las más famosas de sus 
          conquistas, pero también ha habido otros miles de placeres desconocidos 
          para el hombre al que más de una consideró como "el mejor amante". 
          De hecho, el joven Jagger radiaba tanto atractivo que en una de sus 
          primeras apariciones en el show de Ed Sullivan, a principios de los 
          60, provocó una respuesta airada por parte de los guardianes morales 
          en todos los Estados Unidos. ¿Su crimen? Una agitación de sus caderas. 
          Un movimiento de los labios. Un brillo en sus ojos. Y aún hoy, mientras 
          se acerca a la edad de las excursiones del INSERSO, continua provocando 
          escándalos sexuales y proporcionando material para los tabloides. "El 
          sexo es cada vez mejor", confesó no hace mucho para explicar su 
          promiscuidad, "mientras que las chocolatinas tienden a empeorar". 
          En el año 65 una revista musical, Melody Maker, apareció en su portada 
          con la pregunta: "¿Dejaría usted que su hija saliese con un Rolling 
          Stone?", plateando la cuestión sexual como algo que dividía a la 
          generación del rock de la inmediatamente precedente. Enamorarse de una 
          estrella del rock no había sido considerado algo peligroso antes de 
          que aparecieran los Rolling Stones, y tampoco ha vuelto a ser igual 
          de peligroso desde entonces. Keith Richards y el guitarrista Brian Jones, 
          mientras tanto, seguían otro código de placer diferente. El apetito 
          de Jones por las drogas era tal que acabó consumiéndolo, consiguió que 
          lo echaran del grupo en mayo del 69 y, tres meses después, acabó con 
          él ahogado en su propia piscina. Todo ello antes de que el grupo descubriese 
          la heroína. Desde entonces, ha habido tres adictos a la heroína en el 
          grupo: Keith Richards, Charlie Watts (que no la probó hasta que el resto 
          del grupo lo había dejado) y el sustituto de Brian Jones, Mick Taylor, 
          quien se unió al grupo totalmente limpio y lo dejó convertido en un 
          adicto irremediable y alcohólico. Además, claro está, hay que tener 
          en cuenta los incidentes judiciales relacionados con las drogas. 
          
          3. El escándalo 
          
          
Un 
          incidente destaca sobre los otros en la hoja de cargos de los Rolling 
          Stones, ya que los enfrentó no sólo a las fuerzas de la ley y el orden, 
          sino que puso en entredicho a una sociedad en su conjunto. En 1977, 
          los rumores de que uno de los componentes del grupo había tenido una 
          relación con Margaret Trudeau, la mujer del Primer Ministro de Canadá, 
          envolvieron al grupo en una gran controversia. Sin embargo, fueron sus 
          desmanes de diez años atrás lo que amenazaron con enzarzar a todo un 
          país en una disputa. En 1967, después de que Keith Richards, Mick Jagger 
          y algunos amigos hubieran pasado la tarde en la casa de campo del primero 
          viajando con el LSD, la vivienda fue tomada al asalto por la policía. 
          A Mick Jagger le encontraron algunas anfetaminas y algo de hachís, mientras 
          que Keith Richards fue procesado por prestar su casa para el consumo 
          de drogas. Tras la desmesurada exposición pública del caso, Mick Jagger 
          fue condenado a tres meses y Keith Richards a un año de prisión. Muchos, 
          por aquel entonces, pensaron que estas sentencias obedecían más a una 
          caza emprendida por las instituciones y las clases dominantes para acabar 
          con el peligroso rock'n'roll, algo que los Rolling Stones representaban 
          como nadie. Ello dio lugar a una gran ola de protesta, que culminó con 
          un famoso editorial del periódico Times. La prensa más populista, mientras 
          tanto, se centraba más en el rumor tan-ridículo-que-podría-ser-cierto 
          de que Mick Jagger le estaba haciendo un cunnilingus a su novia Marianne 
          Faithful cuando fue detenido con la ayuda de una chocolatina Mars. Sin 
          embargo, fue el editorial de Times y la consiguiente polémica en su 
          país los que tuvieron un peso decisivo en el proceso judicial, consiguiendo 
          que ambos fueron puestos en libertad sin cargos tras la correspondiente 
          apelación. Rolling Stones 2 - Poder 1. Los Rolling Stones, como decía 
          aquella canción de Bobby Fuller versionada por The Clash, realmente 
          lucharon contra la justicia y, al contrario que en la canción, ellos 
          sí salieron victoriosos.
          
          4. El rock'n'roll
          
          ¿No hemos mencionado aún que los Rolling Stones 
han 
          compuesto parte del rock'n'roll más demoníaco y directo de la historia? 
          Pues habrá que recodarlo, por si a alguien se le había pasado. Es difícil 
          no parecer la Enciclopedia Británica al describir la importancia de 
          proporciones bíblicas del modelo Stones, pero no hay forma de escapar 
          a ello. Han escrito las mejores canciones del rock. Incluso al principio, 
          cuando no las componían, cuando no eran más que un grupo de versiones 
          de oscuros blues con éxito entre el público blanco (¿Qué? ¿Alguien se 
          creía verdaderamente que The White Stripes habían inventado la idea?), 
          les daban una dimensión de peligro que las convertía en suyas. Pero 
          cuando su estricto manager Andrew Loog Oldham decidió que sería una 
          buena idea que Mick Jagger y Keith Richards emularan a John Lennon y 
          Paul McCartney componiendo, fue cuando empezaron a labrarse su leyenda. 
          Se podrían preparar varios discos con canciones de Jagger y Richards 
          que consiguen el extraño logro de ser personales y autobiográficas, 
          y que, a la vez, llevan impresas la fecha de su creación. Y, sin embargo, 
          todavía siguen siendo relevantes y contagiosas 30 años después. Ya sólo 
          los títulos destripan el signo de su tiempo, con historias de las que 
          la mayoría de los grupos han huido: "Paint It Black" ("Píntalo 
          de negro"), "Street Figthing Man" ("Luchador callejero"), 
          "Sympathy For The Devil" ("Simpatía por el diablo"), 
          "(I Can't Get No) Satisfaction" ("(No puedo conseguir) 
          Satisfacción"), "Let It Bleed" ("Déjalo sangrar") 
          o "Sister Morphine" ("Hermana Morfina"). En el momento 
          en que Jagger se dio cuenta de que podía escribir cualquier cosa que 
          quisiera, lo uso para componer algunos de los textos más provocadores 
          y definitivos de la historia del rock. Pero sin el Riff Humano, Jagger 
          no hubiera sido más que un par de labios vociferando. Impulsado por 
          el elegante pulso rítmico de Charlie Watts, Keith Richards consiguió 
          trenzar los riffs perfectos y las melodías que definieron el rock, tan 
          tradicionales como las de los artesanos del blues que le inspiraron 
          y tan novedosas como las noticias de mañana. ¿Cómo lo logró? Vudú, probablemente: 
          vudú, tabaco y güisqui de malta, convirtiéndose en una fórmula que ha 
          inspirado varias generaciones de imitadores. 
          
          5. El legado 
          
          
Así 
          que, Rolling Stones, os damos las gracias. Sin vuestra maligna influencia 
          y vuestras asombrosas canciones, el rock'n'roll todavía estaría con 
          nosotros y se iría a tiempo a la cama. Guns N'Roses os dan las gracias 
          por los riffs y la imagen de forajidos. Happy Mondays os dan las gracias 
          por hacer que la adición a las drogas parezca algo natural. Johnny Thunders 
          os da las gracias por enseñarle como construirse una carrera. The Stone 
          Roses os dan las gracias, especialmente por cómo comportarse a las puertas 
          de un juzgado. Aerosmith y The Black Crowes os dan las gracias de verdad. 
          The Strokes os dan las gracias. The White Stripes os dan las gracias. 
          Black Rebel Motorcycle Club os dan las gracias. Oasis os dan las gracias. 
          The Charlatans os dan las gracias. Los Sex Pistols y The Clash os dan 
          las gracias, incluso muy a su pesar. De hecho, cualquiera que haya cogido 
          en algún momento una guitarra, un micro, una batería y un bajo, y se 
          haya atrevido por un momento con ellos, os da las gracias.
          
          40 años de los Rolling Stones Sus mejores canciones 
          
          Mick Jagger, Keith Richards y compañía acaban de celebrar no hace mucho 
          los 40 años de andadura de los Rolling Stones, sin saber muy bien qué 
          hacer. Nosotros lo tenemos claro: escuchar sus mejores canciones otra 
          vez. Éstos son los diez momentos para el recuerdo en la obra de sus 
          satánicas majestades.
          
          1 Gimme Shelter (del disco Let It Bleed, 1969) 
          
          Según Keith Richards, la canción que más se aproxima a lo que se imaginaba 
          mientras la componía. En ella, el resumen de una época que llegaba a 
          su fin: Charles Manson, la muerte de Brian Jones, Kennedy, Vietnam, 
          la debacle de su concierto en Altamont... La canción progresa como un 
          tren desbocado hacia un final apocalíptico, resumiendo el terror humano 
          y la esperanza: la vocalista de color Mary Clayton canta: "Violación, 
          muerte, están a sólo un disparo", y Mick Jagger le contesta: "El 
          amor está a sólo un beso". 
          
          2 Street Fighting Man (del disco Beggars Banquet, 1968)
          
          El testigo de una época: el 68 y todos sus movimientos sociales. Muestra, 
          como ninguna otra, la ambivalencia del grupo: cantan a la insurrección 
          marxista al tiempo que lo contemplan todo desde una distancia prudente. 
          La producción consiguió que sonara como un enfrentamiento con la policía, 
          poderoso y brutal. Mayor mérito aún si tenemos en cuenta que Keith Richards 
          sólo grabó guitarras acústicas -una y otra vez, hasta lograr esa fuerza- 
          y que Charlie Watts tocó una pequeña batería casi de juguete. 
          
          3 Sympathy For The Devil (del disco Beggars Banquet, 1968)
          
          El mejor solo de guitarra de la historia del rock. El sonido de la guerra, 
          la violencia, la locura, la muerte, el fin de la ilusión de los 60. 
          Hipnótica y tribal. La justificación de la mala fama de los Stones. 
          Versionada, reverenciada, explotada, ridiculizada y utilizada hasta 
          decir basta. Su profundidad es tal que se podría escribir toda una tesis. 
          Mick Jagger intentó ponerse en la piel del diablo preocupado por lo 
          que la gente pensara de él para la letra. Según Keith Richards era una 
          balada que empezó imitando a Dylan, luego fue una samba, una canción 
          folk y muchos otros ritmos hasta llegar a ser lo que hoy es: la personificación 
          del diablo en el rock. 
          
          4 (I Can't Get No) Satisfaction (Single, 1965)
          
          La quintaesencia del rock'n'roll. Actitud, ritmo y melodía. Antes de 
          este single, todos sus éxitos habían sido versiones. Según Keith Richards, 
          el riff se le ocurrió en sueños. Se levantó, agarró su guitarra que 
          estaba al lado de la cama y grabó veinte segundos. Al día siguiente 
          no se acordaba de nada. Días más tarde, entre todos registraron lo que 
          él entendió que era una maqueta. Se publicó sin su permiso. Cuando la 
          escuchó en la radio empezó la bronca, aunque tuvo que callarse cuando 
          le dijeron que era número uno. Por cierto, el texto que Mick Jagger 
          compuso como frustración por no poder acostarse con su novia, debido 
          a su periodo, se ha convertido en la mayor canción de protesta existencial. 
          
          
          5 Tumbling Dice (Single del disco Exile On Main Street, 1972)
          
          
Por 
          diversas razones, el grupo se había marchado de su país y estaba residiendo 
          en el Sur Francia. Era el año 1972 y querían demostrar que, con independencia 
          del dónde estuvieran, los Stones eran relevantes. "Tumbling Dice" 
          representa, como pocas, la esencia del Sur de los USA: guitarras blues, 
          coros gospel y una letra que habla de aquellos que buscan su oportunidad. 
          Dos semanas les llevó encontrar el ritmo exacto, entre una balada y 
          un rock. Quedaron tan satisfechos que Keith Richards reconoce que fue 
          su mayor logro bajo la influencia de la heroína -se olvida de la cocaína 
          y el Jack Daniels-. En directo, Mick Jagger suele cambiar el texto. 
          
          
          
          6 Paint It Black (Single del disco Aftermath, 1966) 
          
          Ya en los 60 los Stones vieron la cara oscura de la sociedad occidental 
          y anticiparon el colapso de sus instituciones. Los aspectos más negros 
          de aquella década, así como todo su poder sexual, fueron retratados 
          por ellos como nadie. Ésta era una canción de ritmo gitano que Keith 
          Richards tenía y nadie sabía cómo enfocar, hasta que Bill Wyman empezó 
          a tocar el órgano y con los pedales del bajo redondeó el aire centroeuropeo. 
          Pero no fue todo: no está claro si Brian Jones acababa de comprar un 
          sitar o se lo encontró en el estudio, pero el caso es que, sin haberlo 
          tocado antes, consiguió el sonido definitivo que la ocasión requería, 
          algo parece que bastante habitual en él con cualquier instrumento. 
          
          7 19th Nervous Breakdwon (Single, 1966)
          
          Jagger y Richards empezaron abriendo conciertos para Bo Diddley, Little 
          Richard y los Everly Brothers, a principios de los 60, en lo que sería 
          su primera gira de teatros. De estos tres nombres dicen que lo aprendieron 
          todo sobre cómo estar en un escenario. Aunque Keith Richards siempre 
          tuvo como modelo a Chuck Berry -sólo se desengañó de él como persona 
          cuando lo conoció-, en esta ocasión lo que pretendieron fue componer 
          una canción al estilo de los Everly Brothers. Al menos pensaban que 
          el estribillo podría estar a su altura. 
          
          8 Jumpin' Jack Flash (Single, 1968)
          
 
          
          Hasta cierto punto, la canción que adelantó el punk. También sirvió 
          para definir perfectamente al gangster que interpretaba Robert de Niro 
          en Malas calles de Scorsese, ya que era la canción que sonaba cuando 
          entraba por primera vez en escena. Curioso que resultara tan potente, 
          ya que Richards sólo tocó guitarras acústicas, aunque dobladas muchas 
          veces. Según él, es la canción que le da la fuerza cada noche cuando 
          se sube a un escenario. Puede que sin ella no hubiera giras del grupo. 
          
          
          9 Play With Fire (Cara B de The Last Time, 1965)
          
          Aquí había una cierta intención. Por una parte, sacudirse la reputación 
          que tenían de banda blues. Por otra, componer otro tipo de canciones 
          con las que competir con talentos recién llegados como Bob Dylan o Lennon 
          y McCartney. A la versión final ayudaron el productor Phil Spector, 
          tocando una guitarra acústica -contento de dejar a un lado por una vez 
          sus grandes orquestaciones-, y el arreglista Jack Nitzsche, habitual 
          después en los discos de Neil Young. 
          
          10 We Love You (Single, 1967) 
          
          
Problemas 
          legales habían llevado a Jagger y Richards a estar a punto de entrar 
          en prisión. Estaban bajo fianza y seguros de que acabarían entre rejas. 
          Así que decidieron dejar claro a sus seguidores en un single su cariño 
          por ellos: "Os queremos, adiós". Al final, eliminaron la última 
          palabra. Con esta canción, queda claro que a los Stones también les 
          gustaba experimentar en el estudio. Su "All You Need Is Love" 
          particular. Cuenta con los coros de John Lennon y Paul McCartney. ¿Quién 
          habló de rivalidad?