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Iris Lázaro. Colección y pintura de textiles

Centro Cultural Gaya Nuño de Caja Duero. Soria. Del 14 de julio al 26 de agosto de 2006

Próxima exposición en Soria

Por Julia Sáez-Angulo

Iris Lázaro (Trévago. Soria,1952) estudió en el instituto Antonio Machado de de Soria y en 1971 se traslada a Zaragoza donde estudió en la Escuela de Artes Aplicadas y conoció a su marido, el pintor Eduardo Laborda. Ambos practican una pintura figurativa realista de gran maestría en el dibujo, aunque con campos y acentos diferentes.

Iris LázaroEl mundo de las antigüedades y su conservación ha sido una pasión de Iris Lázaro que ha adquirido piezas relevantes en los anticuarios que van desde juguetes del pasado, carteles y objetos de la vieja publicidad a cuadros bellísimos de la gran pintura del XIX que tanto admira, hasta el punto de sacar a la luz el trabajo de algunos autores olvidados. "Me interesa la arqueología y la egiptología", confiesa.

Su céntrica casa zaragozana es un museo de muñecas, sifones, rótulos publicitarios, preciosos maniquíes de los 50, lámparas, botellas singulares, azulejos folletos, libros, fósiles... y sobre todo textiles que van desde tapices y dechados de labores, a sábanas y manteles bordados, hasta viejos trajes familiares de los años 40. Todo en una casa luminosa y ordenada, donde las vitrinas, arcones o armarios conservan las piezas bajo la inteligencia rectora de Iris Lázaro. No lleva a cabo una colección articulada y única sino que sostiene varias líneas de colección con piezas dignas de figurar en exposiciones del género.

Rastrear anticuarios, brocantes o vejeros es un gozo para ella y su marido. "A veces nos beneficiamos de la ignorancia del anticuario y adquirimos piezas estupendas a buen precio", cuenta con gozo la pintora. El pasado le interesa por su poder creador y evocador, un pasado que trata de conservar y proteger por encima de los desmanes o desidia de los políticos, a través de APUDEPA (Asociación Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés), una tarea que trata de evitar algunas demoliciones bárbaras o actuaciones brutalistas de los arquitectos en la ciudad de Zaragoza, como la ampliación del Museo de Bellas Artes que rompe la fisonomía histórica del lugar. "No estamos contra la arquitectura actual sino que pedimos que elija otro lugar para no contaminar o minar la del pasado", declara.


Textiles, azulejos y frondas

"Esta lucha contra la barbarie arquitectónica o urbanística nos causa una enorme trabajera y muchos disgustos. No es grato protestar o manifestarse para evitar los desaguisados, además a uno lo acaban señalando con el dedo, pero alguien tiene que hacer esta tarea ingrata. Eduardo y yo somos, junto a otros inquietos, fundadores de APUDEPA, una institución que entrega cada año sus particulares galardones "naranja" y "limón". Los de este año recayeron, el "naranja", sobre unos ingleses que han reconstruido fielmente el castillo de un pueblo aragonés y el "ladrillo" para el gobierno de turno.

En sus cuadros de textiles de Iris Lázaro -algunos de los cuales se exhibirán en Soria- se crea una extraña atmósfera surrealista onírica, como si se hubiera producido una ausencia súbita de los personajes que vestían los trajes, en medio de una floresta o naturaleza particularmente intensa. "Dama del Bethnal Greem Museum" (10 x 81 cm.) es una pieza espléndida con un traje rojo que lleva un enorme lazo en el polisón.

Los títulos de los cuadros son sugerentes, poéticos y hasta humorísticos: "Crisálida", "Metamorfosis", "Jardín encantado", "Barranco azul", "Signos de vida", "El guardián del desierto", "Satén blanco", "Greensleeves"... Todo un pretexto para apresar la textura de los textiles en la pintura, para hacer un homenaje a la bella indumentaria fundamentalmente femenina que resulta elocuente para hablar de la mujer. Los corpiños, jubones, polisones y maniquíes pasan por arte de los pinceles a la plenitud realista de la ilusión en la pintura de Lázaro. Un testimonio de realidad que se torna en fantasía y arte, como si la autora pretendiera concitar a los dioses lares que una vez habitaron las vestiduras.

Capítulo aparte merecen sus cuadros hechos de frisos o zócalos con cerámica de Teruel, Muel, Talavera u otras procedencias. "Elegía andaluza" plasma el almagre de unos muros pintados junto a un suelo ajedrezado en rojos y blancos. "Cerámica de Talavera" representa un rótulo publicitario de cereales con roleos sobre una pared de azulejos. "Cabello de ángel" (115 x 200 cm) de 1991 es un gran cuadro en el que se acoge la representación de un viejo mural cerámico desportillado y un traje antiguo de gran empaque. A veces las figuras representadas se rompen y crean cierta inquietud y zozobra, como en "La tormenta", "Pastel de chocolate" o "Jardín encantado".

Por último cabe destacar los paisajes frondosos de la naturaleza, con ausencia de la mano del hombre, en una suerte de luces vespertinas que no llegan al nocturno o luces escondidas en la espesura del bosque. El espíritu romántico de Friedrich parece evocarse en cuadros como "Camino de la Virgen", "Rosada", "Árboles de Trévago" o "Jardín de Trévago". Iris Lázaro goza igualmente con el mundo vegetal y lo representa con la potencia lustrosa que les otorga una naturaleza feraz. Este mundo lo ha trasvasado a sus grabados al aguafuerte o punta seca.

Iris Lázaro es una pintora singular con una iconografía que la caracteriza, con un dibujo de precisión naturalista clásica que la honra por su maestría. Es una creadora de mundos, de atmósferas, de secuencias particulares de su mirada. Su arte transmite, convoca, una emoción y eso explica que algunos coleccionistas, como el sueco Christian Tornakull apueste por sus cuadros. Su exposición retrospectiva en Soria es una ocasión especial para contemplar su obra que se encuentra dispersa en diversos museos y colecciones particulares.

 



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Nº 12 - Junio / Julio de 2006

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