Vanguardias Rusas

Museo Thyssen-Bornemisza
Fundación Caja Madrid Madrid, del 14 de febrero al 14 de mayo de 2006

Por Julia Sáez-Angulo

“Hace falta mucho caos para engendrar una estrella danzarina”

Tomás Llorens, antiguo conservador de la Fundación Thyssen, es el comisario de esta muestra, un tanto gigante y dividida, como ya es habitual entre sedes de las dos fundaciones patrocinadoras. La diversidad de propuestas es lo que caracteriza a la vanguardia rusa, de ahí el título plural de la muestra. Un comité científico formado por John E. Bowult, Nicoletta Misler, Evgenia Petrova, Ekaterina Selezneva y María Joseph Balzac, ha asesorado al comisario.

La exposición  se divide en los siguientes apartados: En el Museo Thyssen-Bornemisza: La lección de los bárbaros; Un torbellino de energía; Experimentos individuales, y El modelo orgánico. En la Fundación Caja Madrid: La construcción del hombre nuevo; Suprematismo y Constructivismo; Fotografía; Diseño gráfico y arte y propaganda, y Arte de la vida cotidiana.

Mucho por investigar frente a la bibliografía de los 60 y 70

Se trata pues de una muestra muy amplia, que a su vez se completa con actividades paralelas como un simposio internacional, que tuvo lugar los días 10 y 11 de febrero en el citado Museo, dirigido por Bowlt, catedrático de la Universidad del Sur de California y experto en las vanguardias rusas; y un ciclo de conferencias, dirigido por Javier Arnaldo. Está claro que este evento de exposición/ simposio/ conferencias han permitido una revisión a fondo y puesta al día sobre este período tan singular de la vanguardia.

Hay mucho que investigar en este campo de las vanguardias rusas, ya que la bibliografía de los años 60 y 70 lleva una excesiva carga ideológica –el marxismo dominaban en muchas cátedras europeas- y su lógica era simplista. Ahora el comité científico es más frío y exigente.

Frente a la idea de que París es el centro de las vanguardias hasta la segunda guerra mundial, cetro que le arrebató Nueva York después de la contienda, cabe decir que fue la interacción de París con otras ciudades o con personalidades de artistas venidos de fuera, lo que propició la capital francesa como escenario de las vanguardias, más que la sociedad parisina. Picasso, el manifiesto futurista y otros muchos artistas llegados de distintas procedencias generaron en París el espíritu de la vanguardia. Eso explica la revisión que el Centro Pompidou está haciendo con exposiciones como París/Moscú.

Vanguardia y cambio histórico

El paradigma de la vanguardia está en la interacción con el cambio histórico y la práctica del arte, que se manifiesta en tres aspectos: centralidad geográfica; ruptura con el arte anterior y cambio medular en el deseo de construir un mundo nuevo que daría un hombre nuevo. Las vanguardias rusas tuvieron un destino trágico con la Revolución de Octubre y más exactamente con el desarrollo de esa revolución que acabó con ella y  se consolidó en la dictadura de Stalin.

La exposición madrileña está formada por pinturas, esculturas, fotografías, carteles, cubiertas de libros, tejidos, cerámicas y otros objetos que hacen un recorrido por la génesis y el desarrollo del arte ruso de vanguardia durante el primer tercio del siglo XX, con los nombres de Kandinsky, Tatlin. Malévich, Natalia Goncharova, Larionov, Chagall, Filonov, entre otros. Resulta curioso constatar la diversidad del primer Malévich en “La lección de los bárbaros” con el del “Suprematismo y Constructivismo” en Caja Madrid. Lástima que la distancia no permita un recorrido más inmediato. Interesante la presencia de Niko Pirosmanashvili, un pintor georgiano casi ingenuista que se inspira en la escuela popular rusa llena de cromatismo.

 “Hace falta mucho caos para engendrar una estrella danzarina”, recordó Guillermo Solana, director del Museo Thyssen en la presentación a la prensa. Eso fue lo que sucedió con las vanguardias rusas tras el caos del Imperio ruso, cuando algunos artistas indagaban en el alma rusa, siguiendo una eslavofilia muy sentida por algunas corrientes que llevaron el arte a un primitivismo autóctono.

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