Artes Hoy
 
Buscar en Arteshoy

Ramiro Pinto Cañón: LA CURVA DEL CUERVO

Ediciones Hontanar. León, 2004, 99 páginas.

por Mª Ángeles Maeso

La curva del cuervo - Ramiro PintoManifiesta Ramiro Pinto que el héroe individual de las historias se ha perdido. Despojado de subjetividad, no habla y la palabra la toma una masa humana que no llega a ser sujeto agente, sino más bien paciente títere. Dos buenos modos de alertar sobre ese vacío y los monstruos que nos habitan.

Dos relatos componen este libro, ambos suponen un ejercicio de lucidez para mostrar qué mecanismos sociales operan en nuestra sensibilidad para configurar la conciencia.

En La curva del cuervo una tertulia literaria, que comenzó siendo la viva expresión de un pensamiento libre, se acaba transformado en una reunión donde cada gesto está legislado. Los personajes, están dibujados como rápidas y grotescas caricaturas. En su actuación esperpéntica radica la fuerza satírica y reveladora de la sumisión social al pensamiento dominante.

Un narrador en primera persona nos da cuenta de su personal obsesión: la creación de un poema puro, perfecto; de ahí que versos de El Cuervo aleteen por el relato. Parece que Poe se divirtió bastante más de lo que creemos buscando arabescos sonoros para dar con la musicalidad hipnótica de su poema. Cabe suponer que Ramiro Pinto, engarzando los mimbres de su Curva del cuervo al pájaro de Poe, también. Las referencias intertextuales son percibidas por el lector como gozosos guiños para leer burlonamente una poética que identifica perfección y belleza musical; una concepción de belleza que se opone a la verdad.

En Gavias del corazón , un grupo de familias será víctima de los males que ellos mismo han engendrado. La casa, en una zona residencial donde pasan el verano ha dejado de ser una vivienda en el campo, para ser una parte más del asfalto. Sus dueños, atemorizados infundadamente, se irán vaciando de confianza y alegría para vivir acuartelados.

Si en el relato anterior, la tertulia era una metáfora que permitía ironizar sobre la pureza aquí, el grupo de la sierra se constituye en escaparate, donde un narrador objetivo disecciona el comportamiento social inducido por el miedo.

En ambos casos, manifiesta Pinto, el héroe individual de las historias se ha perdido. Despojado de subjetividad, no habla y la palabra la toma una masa humana que no llega a ser sujeto agente, sino más bien paciente títere. Dos buenos modos de alertar sobre ese vacío y los monstruos que nos habitan.

<<

Nº 3 - Agosto / Septiembre de 2005

 

Home

Literatura
Arte
Música
Miscelanea
Noticias

Números anteriores

Quienes somos
Contactar

© ArtesHoy.com - Todos los derechos reservados