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PICASSO, CAJA DE REMORDIMIENTOSPor Alberto López Echevarrieta
Fondos: Colección Bancaja.
Exposición: Museo de Bellas Artes de Bilbao. Comisario: Juan Carrete Parrondo. Fechas: Del 12 de setiembre al 6 de noviembre de 2005. ![]() Entre 1919 y 1955 Pablo Picasso hizo una serie de grabados que no fueron de su agrado. Ni siquiera los firmó. Simplemente los guardó en una caja y ahí quedaron durmiendo el sueño de los años hasta que en 1960, y coincidiendo con un cambio de domicilio, se localizó aquella caja de la que ni el propio pintor se acordaba. El hallazgo le benefició, porque, ya en plena época de triunfo, los editores de Estados Unidos y Alemania principalmente no hacían más que pedirle obra. Picasso examinó el contenido. Había ciento un planchas de cobre. Hizo una prueba y consintió salvar cuarenta y cinco de ellas, permitiendo que se hiciera una edición. Treinta y siete grabados fueron realizados antes de 1952, siendo el resto de esa fecha a 1955. Surgió entonces un problema: Las obras estaban sin firmar. Los editores se lo exigieron, pero el malagueño era muy reacio a hacerlo y fue postergando la labor. Se hizo el remolón alegando que firmar le aburría mucho.
Argumentaba el pintor que aquellos grabados eran poco menos que borradores sin trascendencia alguna. Los que hizo entre 1919 a 1939 son ensayos que corresponden a su primera época, como aprendiz de la técnica del aguafuerte. Dominan los retratos y la evolución a su alrededor. El artista reflexiona sobre el mundo clásico. En la obra encontramos determinados fallos técnicos, tal vez porque se ha pasado o ha quedado corto de tiempo. Llaman la atención el retrato que le hace el 7 de octubre de 1937 a "Dora Maar con collar", aunque particularmente prefiero la "Cabeza de frente" fechada tres años antes en París. Luego cambia el tema y entra en el mundo de su familia y sus fantasías sexuales, como "Minotauro violando a una mujer". Incluso hay alguna obra que está por concluir.
La exposición está muy bien presentada. Son cuarenta y cinco grabados los que se muestran entre aguafuertes, puntas secas y barnices blandos. Son obras que llaman la atención del espectador porque evidencian el carácter de apunte que tienen y, sobre todo, porque al estar fechadas se sigue la evolución del artista como si se estuviera repasando un diario. |
Nº 4 - Octubre de 2005
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