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HÉCTOR DELGADO MILLÁN EXPONE EN EL ATENEO

Por Julia Sáez-Angulo

Escultor acendrado en la piedra, Héctor Delgado Millán, acaba de exponer sus trabajos en el Ateneo de Madrid, donde ha acarreado su obra esculpida o pintada en su taller/estudio de El Escorial, junto al embarcadero del embalse de Valmayor, en un silencio de árboles y espacios abiertos, al abrigo y la brisa del monte Abantos.

Cosmopolita y viajero, Héctor Delgado hizo sus estudios de Bellas Artes en Gran Bretaña y ahora prepara su tesis sobre la escultura en la Universidad Complutense, al tiempo que va dando curso a su trabajo en una plasticidad que abarca todos los materiales, pero que alcanza su canto de cisne en el mármol y la arenisca. A veces juega con los ensambajes de maderas pintadas, objetos de deshecho que él recompone en nuevos planteamientos, aunque, en mi opinión, es la piedra, más allá de esos elementos de objets trouvés, lo que le define en una creatividad personal, particularizada.

Entre las obras más sobresalientes destacan los títulos "Antes de amar a alguien debes amarte a ti mismo" (2001), una pieza en la que un personaje se abarca con ambos brazos en un acto de afecto y autoafirmación. Es como un punto de partida, que tiene su parangón en un grabado. "El placer de ser" u "Hombre feliz" son otras esculturas del mismo período que parece incidir en esa filosofía, punto de convicción del autor. En el último título se ve a un personaje con los brazos agitados en el aire feliz de mostrar su libertad sin ataduras. Años antes ya había esculpido un autorretrato titulado "Mi cara" (1997), que parece tener su anverso en "Máscara".

En su visión escultórica de la mujer se aprecia una mirada masculina sobre Venus y Salomé; la mujer hembra, la mujer fatal o la maternidad: "El placer de ser mujer"; "Beso", un hombre y una mujer enlazados (1996) o "Madre amamantando (1999).

Interesantes también los títulos "La palabra de mi corazón" y "Pensador", esta última representa a un hombre sentado en un sitial con aire reflexivo, a modo de homenaje a un clásico: "El pensador" de Rodin".

Delgado Millán trabaja la piedra dejando las incisiones y huellas del cantero, queriendo mostrar el acto de esculpir en ellas, el paso golpe a golpe, punto a punto de su proceso. Esto confiere a su obra una cercanía bruta y preciosa del material pétreo al tiempo que del acto manual creativo.

Delgado Millán fue seleccionado en el Simposio Internacional de Escultura europeo de Drama (Grecia) en 2002, donde se proporciona a los participantes el material y alojamiento. El escultor español hizo una enorme interpretación de El Minotauro , que se exhibió durante todo el verano en la ciudad griega, en la gran cita con la escultura.

El escultor trabaja también el grabado en un paralelo dibujístico con la obra esculpida. Siente preferencia por los azules y pardos y actúa, bien con la línea, como he señalado, para reflejar la misma obra en tercera dimensión o bien dibujando figuras expresionistas de fuerte impacto. Este expresionismo se refleja sobre todo en sus óleos y acuarelas.

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Nº 3 - Agosto / Septiembre de 2005

 

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