Durero, Guinea y Zumeta para la colección bilbaína
por Alberto López Echevarrieta
El Museo de Bellas Artes de Bilbao adquiere obra por más de cien mil euros
El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha ampliado su colección con la compra del lienzo Pascua florida de bilbaíno Anselmo Guinea, y varias obras sobre papel, entre las que figuran la estampa La Virgen del muro, de Alberto Durero, y 35 serigrafías pertenecientes al libro Oi! Biotz / Ay! Corazón / Oh! Heart, originales del guipuzcoano José Luis Zumeta. Estas adquisiciones han supuesto un desembolso de 106.400 euros abonados a través del fondo de adquisiciones del que dispone esta pinacoteca gracias al acuerdo con BBVA, patrono de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El museo ha recibido también varias donaciones, entre ellas diez fotografías de Alberto Schommer que componen una serie de retratos famosos al pintor Andy Warhol, a los escritores Gabriel Celaya y José Hierro, etc.; una escultura en madera de Vicente Larrea y un cuadro de Susana Talayero.
La adquisición de nueva obra para el Museo de Bellas Artes de Bilbao, en la que se incluyen trabajos de Durero, Guinea y Zumeta, no deja de ser un acierto para sus gestores. La pinacoteca, que ya posee tres lienzos de Anselmo Guinea (1855-1906) –Retrato femenino, Cristiano y Gente. Un puente en Roma-, se enriquece ahora con Pascua florida, un trabajo que podríamos calificar como fundamental en la etapa de madurez del pintor.
Anselmo Guinea (1855-1906), hijo de carpintero, inclinó sus preferencias por la pintura desde su adolescencia. Fueron Ramón Elorriaga primero y Antonio María Lecuona después, quienes advirtieron sus especiales dotes por lo que le animaron a ingresar en la Escuela Especial de Pintura de Madrid en el curso 1874-75. El empresario Manuel María Gortázar, su mecenas, le financió una estancia en Roma entre 1875 y 1876, gracias a la cual pudo acudir a la famosa Academia Chigi y después a las clases de José Casado del Alisal.
Inicialmente Guinea obtuvo cierto éxito en el mercado con representaciones de toreros, casacones, moros y odaliscas. Más tarde fueron trabajos realizados a la acuarela con temática paisajística y escenas costumbristas vascas. A los 24 años de edad ya era profesor titular de la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao. Fue durante su segundo viaje a Roma, entre 1881 y 1887, cuando se consolidó su arte al conseguir un pleno reconocimiento. Luego llegarían sus etapas en París que dejarían en el artista el sello del impresionismo y el puntillismo, que serían fundamentales en sus paisajes, cuadros costumbristas y retratos, como es el caso de esta Pascua florida que acusa la técnica impresionista en el colorido y en el encuadre de la acción.
Otra compra llevada a cabo por la pinacoteca bilbaína es la estampa denominada La Virgen del muro, realizada por Alberto Durero (1471-1528) en 1514, el año en que murió su madre. Para entonces Durero ya había pintado gran cantidad de obras maestras, entre las que figura Adoración de los Magos, de una novedad no superada y plena de íntima delicadeza. O ese Adán y Eva, modelo de estudio del desnudo, de gracia y proporción. Puede decirse sin temor a error que todo Nuremberg -la ciudad que le vio nacer y donde residía- se disputaba el honor de figurar entre los retratados por él.
Dicen las crónicas que si grande fue como pintor, no lo fue menos como grabador, especialidad ésta en la que introdujo notables innovaciones al romper totalmente con el primitivismo, valorizando las figuras y, sobre todo, creando la profundidad de campo. En el aspecto humano cabe la cita de Philipp Schwarzerd, uno de los principales jefes del protestantismo, más conocido por Melanchthon, que dijo de él: “Es aún más digno de alabanza por sus cualidades humanas y por su inteligencia que por su talento de pintor”.
De José Luis Zumeta (1939), la pinacoteca bilbaína ha conseguido 35 serigrafías correspondientes al libro Oi! Bihotz / Ay! Corazón / Oh! Heart que fueron expuestas en el museo el verano pasado. Vienen a unirse a los tres óleos sobre lienzo que figuran en la colección, pinturas que datan de 1961, 1971 y 1977. La mayor parte de la obra de Zumeta, salvo un paréntesis figurativo, se adscribe genéricamente al expresionismo abstracto.
Junto a estas adquisiciones, que han supuesto un coste de 106.400 euros, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha recibido notables obras en concepto de donación. Entre ellas figuran diez fotografías realizadas por Alberto Schommer (1928), entre las que se incluyen primeras imágenes de los años 50 y los célebres retratos del pintor Andy Warhol y de los escritores Gabriel Celaya y José Hierro que se mostraron en una antológica recientemente clausurada en el museo. También se ha recibido una obra en madera pintada, donada por el escultor Vicente Larrea (1934), y un cuadro de Susana Talayero (1961), donado por Jorge de Barandiarán, que fue director del museo entre 1982 y 1996.